lunes, 2 de agosto de 2010

Pobreza vs. Deficiencias Estructurales del Sistema de Generación de Bienestar

Impulsado por los resultados de la encuesta CASEN y los variopintos análisis que surgen de corrientes políticas igualmente variopintas, es que surge mi propio proceso de análisis sobre la situación de la pobreza en Chile.

En general, se proponen diversas soluciones a las situación en base a las distintas causas al problema, por cierto causas que en su mayoría van correlacionadas con la tendencia política del analista de ocasión y la conveniencia de apoyar una u otra. Como causas principales se exponen, falta de crecimiento económico (defendido los neoliberales o socialistas de mercado que ven aquí la explicación al aumento de la pobreza a pesar de lo que consideran políticas sociales exitosas) y en el otro extremo políticas sociales ineficaces (ya sea por insuficientes para algunos o por ineficientes para otros).

Las soluciones planteadas son diversas y parten por una ampliación de las transferencias del estado, mejorar los programas sociales, fomentar el emprendimiento o propuestas de reformas al sistema tributario. Algunos más creativos plantean engorrosos salarios éticos y siempre hay quienes insisten en glorificar al salario mínimo como el máximo instrumento de justicia social.

Pero tanto problema y tanta solución sobre la mesa da para pensar que debemos darnos la instancia de tomar distancia a la situación y mirar el problema de la pobreza en Chile desde un perspectiva superior, entendiendo la pobreza como una falla del sistema que nos une como nación y la forma en que nuestra sociedad genera bienestar a través de las distintas organizaciones públicas o privadas que la conforman y a través de cada uno de sus ciudadanos.

Concretamente son Estado, Empresa y Trabajador los principales actores involucrados en la tarea de creación de valor que alimente el progreso del país y sus ciudadanos. Son entonces las relaciones entre estos actores principales las que se deben revisar en su conjunto, de modo de crear una mejora estructural al sistema de generación de valor en Chile, donde deben primar la justicia, el merito y la libertad.

De este modo, este escrito propone enfocar el análisis a las relaciones entre los actores; y para no quedar solo en las intenciones, aventura algunas soluciones:

• El estado debe normar y regular a las empresas, principalmente a través de incentivos a las buenas prácticas, implementación de un sistema tributario solidario que no ponga coto al emprendimiento y al crecimiento empresarial. El salario mínimo es necesario, pero como su nombre lo dice, solo debe ser un mínimo para tener una vida digna, pero que no sea este el estándar. Respecto al salario ético familiar, parece una idea linda en papel pero que quizás sea difícil de implementar en el mundo real. Las transferencias del estado se deben mantener, como buen parche, solo mientras exista la herida, no podemos perpetuar esta solución y validarla estructuralmente.

• La Empresa debe ser entendida como la principal organización generadora de valor económico en la sociedad, la influencia que tiene una empresa en el estándar de vida de sus trabajadores es directa e inmediata y es por esto que se debe fomentar a las empresas a pagar sueldos justos, que se condigan con la capacidad y productividad de sus trabajadores. Deberían otorgarse exenciones tributarias parciales a las empresas que tengan políticas de remuneraciones que distribuyan las ganancias de acuerdo a estos principios. Para regular esto podría implementarse certificaciones voluntarias en base a estándares de Responsabilidad Social como la ISO 26.000 adaptadas a esta situación local. Así mismo el marco legal debería permitir la creación de empresas productivas sin fines de lucro, que se rijan por los mismo criterios que cualquier empresa, con las sola diferencia que los gananciales solo pueden ser reinvertidos o distribuidos entre sus trabajadores, una vez más, de acuerdo a capacidades y productividad. En este contexto la propiedad de este tipo de empresa debería repartirse dinámicamente entre los trabajadores activos. Estas empresas deberían estar absolutamente exentas de impuestos, pues transfieren directamente todo el beneficio a sus trabajadores; la redistribución solidaria pasaría por el impuesto a las personas que paga cada trabajador.

• Primeramente, para que una empresa pueda producir valor y pagar buenos sueldos se necesita - oh sorpresa - de trabajadores adecuadamente capacitados que efectivamente agreguen valor a la empresa y finalmente produzcan y merezcan una retribución que deje al sueldo mínimo solo como una anécdota. La educación es la base de un sistema social justo y es donde se deben concentrar la transferencias del estado si se busca la corrección estructural que solucione en forma permanente la pobreza, de modo de que sean innecesarios subsidios tipo bono marzo (o entregas de ajuares), meros paliativos que solo maquillarán la siguiente CASEN.

Es en cada uno de los actores de involucrados y en su forma de relacionarse donde se debe actuar, directamente, de manera que la interacción entre ellos se produzca de modo justo, fomentando el emprendimiento, aumentando la productividad, distribuyendo y redistribuyendo adecuadamente la riqueza generada, en definitiva, logrando a través de mejoras estructurales al sistema de generación de bienestar, superar la pobreza en Chile.

***Este texto solo busca ampliar el debate sobre la situación de la pobreza y fomentar que se traten estos temás desde y dentro Proyecto Colmena, en ningún caso representa una visión oficial de esta organización.

Carlos Otero C.
Egresado Ingeniería Civil Industrial, UDP.
Ex-Coordinador General, Proyecto Colmena.

1 comentarios:

Anónimo 3 de octubre de 2010, 2:02  
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